Las elecciones celebradas ayer han arrojado unos resultados que a mi juicio son sumamente interesantes y que a todas luces deben interpretarse en clave nacional y con proyección a medio plazo.
No me uniré a la legión del desgarro, formada por aquellos que se agitan al ver el avance de las opciones de izquierda radical con tintes más o menos anarquistas y definitivamente antisistema. Se veía venir, hemos hablado de ello en ocasiones anteriores y nadie que viva en España y esté un poco avisado del negociado político puede manifestar su sorpresa.
Tampoco puede sorprender el batacazo de PP y la PSOE. A fuer de ser sincero me parece que han obtenido un buen resultado teniendo en cuenta sus respectivas ejecutorias.
Antes de entrar a analizar que ha sucedido con el voto, conviene resaltar que la abstención ha alcanzado el 54,16%, cifra que sumada al 2,29% de votos en blanco, deja muy claro el nivel de interés del personal hispano por la cuestión electoral.
De no ser por el gigantesco pesebre público que moviliza a centenares de miles de empleados a dedo, familiares y beneficiados, la muestra de desapego al sistema sería aún mayor.
Conviene tener muy presente este dato pues el horizonte electoral teórico es muy amplio ya que el porcentaje de potenciales votantes es mayor que el de votantes efectivos.
Habrá quién piense que el electorado teórico de la derecha (voto nacional más o menos conservador más o menos liberal) se ha quedado en casa por holganza, resaca del partido, amor a la caña y la gamba y resto de motivos que se aducen en estos casos. Yo no lo creo.
A mi juicio la causa del fracaso de VOX y del relativo (repito, relativo) éxito de Ciudadanos o del fracaso rotundo de otras opciones legítimas como Impulso Social se debe a un conjunto de factores que los candidatos de la "derecha sociológica" empezando por Mariano Rajoy y terminando por Vidal Quadras no están teniendo en cuenta.
En primer lugar, la gente seria que funciona, trabaja, paga impuestos y cumple con las leyes está hasta las narices de cuentos chinos. La corrupción, la salvaje presión fiscal, la poltrona de los políticos profesionales y el descrédito absoluto de la clase política han hecho mella entre el electorado de la derecha.
En segundo lugar, las alternativas al PP han sido y son sometidas a una férrea censura por parte de los medios de comunicación de masas. Salvo internet y algunos medios marginales ninguna cadena de televisión ha concedido más de medio segundo a las alternativas al PP por la derecha. Ni Vox, ni menos aún Impulso Social han gozado de la más mínima cobertura.
Una incógnita que queda abierta es saber que hubiera sucedido si UPyD, Ciudadanos y Vox se hubieran presentado en una candidatura conjunta. Si bien sus programas difieren en aspectos muy importantes y existe una indudable competencia entre sus líderes (especialmente en el caso de UPyD y Ciudadanos) tengo la sensación de que una parte del electorado hubiera reaccionado con más fuerza si se hubiera presentado una alternativa conjunta de fuerzas "renovadoras" y con un claro discurso de unidad nacional.
En el caso concreto de Vox, leyendo foros y comentarios en interés, me da la nariz que ha habido bastante votante teórico de esa formación al que no ha gustado el estilo de Vidal Quadras de acostarse en su pesebre europeo una vez tomada la decisión de romper con el PP. En cualquier caso, esta opción que es sana y razonable se ha quedado en puertas de conseguir un escaño y eso con pocos meses de vida y sin un duro ni apoyos no está nada mal, 245.000 votos son una semilla que puede germinar en algo más prometedor.
La confirmación del desprestigio de PP y PSOE debe interpretarse como una patada en el culo europeo que trae causa del desastre de su política nacional. ¿Reaccionarán las dos grandes fuerzas de la pinza ante los desastrosos resultados?
Parece ser que la PSOE ya ha comenzado a preparar la salida de Rubalcaba y sus peones. Lo que puede venir después no se sabe con certeza pero me barrunto que no será mucho mejor.
En cuanto al PP, si Mariano es fiel a su estilo, no sólo no rectificará nada sino que cifrará su futuro a la ruleta de la aparente recuperación económica y continuará por la senda marcada desde el arriolismo hasta el fracaso final.
¿Hay futuro para una alternativa de derecha con opción de gobernar? Teóricamente si. Un altísimo porcentaje del voto de derecha no se deposita en la urna. No es panzismo ni sancho panzismo, es sencillamente indiferencia y hartazgo.
El problema está en la estructuración de esta alternativa ya que, a mi juicio, harían falta que se dieran cuatro supuestos, a saber:
-un corpus ideológico bien nutrido, bien articulado y correctamente comunicado.
-un equipo de personas nuevas y solventes sin ataduras ni pasado político de ninguna clase.
-un presupuesto enorme (cuando digo enorme me refiero a cientos de millones de euros) que permitiera hacer sin necesidad de depender de hipotecas personales ni malabarismos.
-un proyecto a medio-largo plazo que aspirara a ir consolidando la capilaridad de la nueva formación desde el municipio hasta las cortes.
El electorado en España se gana calle a calle, pueblo a pueblo, distrito a distrito y desde ahí hacia arriba. Ninguna aventura nacional con vocación duradera ha tenido éxito sin una suficiente base local ni un mínimo prestigio en la gestión de lo inmediato (recuerden ustedes la historia de AP y del posterior PP).
Mientras no se articule una alternativa de estas características el resto de opciones no van a ser sino fuegos de artificio e intentos fallidos. Puede que a corto plazo una amalgama o plataforma de alianzas puntuales pueda ir obteniendo avances puntuales, ahora bien, todos ellos se darán bajo el sello de lo provisional y comprometido por la hipoteca del pacto y la transacción.
En la medida en que los dos partidos del consenso bipartidista sigan manejando los resortes del poder y cuenten con el beneplácito del poder internacional, medios, banca, Iglesia y demás cuadernas del sistema, las opciones alternativas quedarán aplastadas. El coste económico de desarrollar estructuras y canalizar ideas es tal que las opciones reales son escasas.
Pese a éste análisis el que esto firma no es definitiva y totalmente pesimista. La Historia nos muestra que en circunstancias extremas se producen hechos que sirven de detonador para dinámicas hasta entonces adormecidas.
Sanglier.
