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lunes, 20 de junio de 2016

UNA ESTRATEGIA EQUIVOCADA

A estas alturas recordar todo lo que ha hecho mal Mariano Rajoy y su Gobierno resulta innecesario. Lo sabemos y no nos podemos olvidar de la oportunidad perdida.
 
Yo no voté a Mariano pero un buen número de españoles si lo hicieron. El PP obtuvo el apoyo histórico de una masa de votantes que dieron su apoyo a Rajoy con la sana y recta intención de que aprovechara la mayoría absoluta para limpiar, arreglar y reformar. Ni limpió, ni arregló ni reformó. Su único mérito ha sido el de nadar en las procelosas aguas de la Unión Europea y evitar (con importante coste para nuestra economía a corto y largo plazo) la debacle de la intervención pública con luz, trompetas y taquígrafos.
 
Casi cinco años después, España está patas arriba, en gran medida gracias a la pésima gestión e inacción de Mariano Rajoy pero también por causa de otros actores no menos responsables con el PSOE a la cabeza.
 
Esta semana nos enfrentamos al proceso de unas "segundas elecciones" (hecho novedoso en la restauración juancarlista) y la sensación general es que resultarán aún peores que las primeras ya que los males se agravan y el desmoronamiento del PSOE contribuye a la subida del totalitarismo podemita.
 
La estrategia emprendida por Ciudadanos y el PSOE de negar la pan y la sal a Mariano Rajoy me parece uno de los mayores errores que se han cometido en la reciente historia política de España.
 
Mariano Rajoy guste o no guste tiene una base electoral. Votarán tapándose la nariz o encantados, cada uno según su gusto, pero votan y en la regla de la democracia que tanto adoran los señores Ribera y Sanchez el candidato Rajoy cuenta con un apoyo popular nada desdeñable, de hecho muy superior al suyo.
 
El enfrentamiento personal, la polarización de todo en el discurso "anti-Rajoy" no ha hecho sino producir el resultado contrario al deseado.
 
Lo inteligente hubiera sido gestionar la retirada de Rajoy en torno a un pacto, permitiéndole una salida digna como la de un "mártir de la patria". La política es un gran teatro y conviene que los papeles estén a la altura de las circunstancias.
 
La solución de la gran coalición presidida por un tercero, el frente de salvación nacional y demás opciones similares requieren del concurso de políticos de altura. Los señores Ribera y Sanchez están muy lejos de ser políticos de altura, menos aún estadistas y por eso su estrategia roma del "Rajoy no me gustas", "Rajoy malo", "Rajoy vete ya" no les han llevado a ningún lado.
 
La tozudez galaica de Rajoy le ha permitido contrarrestar la estrategia del ataque personal y salir reforzado. Las opciones de Ribera y Sanchez se disuelven como un azucarillo y si tienen interés en salvar el barco del naufragio no les quedará otra que sentarse a negociar con ese señor al que desprecian públicamente.
 
Que el PP esté detrás del nacimiento y desarrollo de Podemos es algo de lo que se habla y escribe mucho pero lejos de su uso oportunista creo que el desarrollo del podemismo tiene muchos otros padres, incluyendo la tendencia a la piromanía que tienen algunos socialistas. Acuérdense ustedes de los apoyos al 15-M y la sarta de memeces progres que hubo que escuchar en los medios a costa de ese remedo cutre del mayo del 68 que está teniendo unos efectos casi tan perniciosos como lo tuvo aquel siniestro movimiento.
 
Podemos ha aprovechado un estado de opinión alimentado por la crisis y la corrupción de la partitocracia. Cuentan con sus apoyos internacionales y sus asesores sinárquicos. A la cúpula actual del PP y sus asesores les ha venido bien su avance para alentar el miedo, pero el mayor culpable de su ascenso electoral hay que buscarlo en la incapacidad del PSOE de liderar la izquierda sociológica en España.

La llegada de ZP tras el 11-M fue el principio de una senda negra que dejó a la organización hecha unos zorros, la elección de Sánchez como líder del partido ha sido el error adicional, la clara prueba de que los que gobiernan el barco no han pasado de grumetes y que los viejos capitanes no tienen la energía ni la autoridad moral para imponerse y cambiar el rumbo. 
 
Ahora se ha hecho tarde. Ya no hay tiempo para remendar las velas y ajustar las jarcias. El barco va a la deriva y los piratas acechan con la confianza del que sabe que antes o después clavarán los garfios en la borda del galeón y conseguirán asaltarlo llevándose el botín. Quizá no lleguen a conseguirlo pero ellos confían en sus posibilidades porque lo que han logrado hasta ahora era absolutamente impensable hace pocos años.
 
El próximo fin de semana asistiremos a un nuevo capítulo de este triste sainete. Poco antes los británicos habrán participado en el referéndum convocado por un irresponsable.
 
El mundo está en manos de una tropa impresentable pero siempre se puede ir a peor, que se lo digan a Madrid, Barcelona y ahora Roma y Turín,  no en vano esta última es conocida como la ciudad del diablo.

lunes, 12 de marzo de 2012

A VUELTAS CON EL 11-M

Ayer se cumplió el octavo aniversario de los atentados del 11-M. Una efeméride horrible, triste, que ha dejado una mancha obscura y siniestra en la reciente Historia de España.

No tenía previsto escribir sobre este asunto ya que a mi juicio casi todo lo que puede decirse a día de hoy ya está dicho y sólo queda que la investigación avance para que algún día, estoy seguro, conozcamos una verdad que hasta hoy sólo barruntamos. Ahora bien, acabo de leer el periódico y me topo con unas declaraciones del Fiscal General del Estado Torres-Dulce que según se publica ha dicho textualmente "La verdad jurídica esta contenida en la sentencia de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo".

Si no fuera por la gravedad del asunto al que se refiere, el requiebro taurino del señor Torres Dulce podría tomarse como una muestra más de la ironía cómico-jurídica de determinados operadores del Derecho. Y me pregunto yo ¿Qué es “la verdad jurídica”?

Que yo sepa verdad sólo puede haber una, así que o bien las sentencias son correctas y sus juicios reflejan la verdad o bien no son correctas y por tanto no hacen honor a la verdad de lo sucedido.

Ahora el operador del Derecho cuenta con una nueva verdad “la verdad jurídica”, una nueva creación intelectual que aparentemente sirve para justificar lo que un órgano jurisdiccional hace contra los hechos, el sentido común y el espíritu de la ley.

Torres Dulce podía haber dicho “La instrucción y el juicio fueron conformes a Derecho y por tanto jurídicamente no tengo nada que reprochar”… pero no ha dicho eso, ha hablado de “verdad jurídica” y eso da pie a pensar que el teme, sospecha o conoce que la “verdad verdadera” como diría un niño pillado en falta es otra.

Uno de los grandes problemas de la España actual y sin duda una de las cosas más desagradables de vivir en este país hoy día consiste en que los políticos y los cargos que estos eligen tienen la bondad de considerar a los españoles completamente imbéciles.

Comprendo que dado el nivel medio de la cabaña que puebla hoy la tierra que antaño habitaron San Isidoro, Santa Teresa, Balmes, Juan de Mariana, Francisco Suárez, Ortega y Zubiri (por citar solo algunos de los españoles que le han dado “un poco” al seso) un tipo semi-avispado que ha llegado a tener un cargo considera que puede decir lo que le de la gana e insultar la inteligencia del que escucha con total impunidad, pero no es así, ni es así ni debe serlo. Que aguanten los demás, yo, me niego.

Resulta que para tapar su falta de arrestos o para tapar lo que tenga que tapar de los señores que ahora gobiernan y de los que lo hicieron hasta fin del año pasado hay que hablar de “verdad jurídica”. 

Pero, vamos a ver señor Torres Dulce ¿usted a quien se cree que le está diciendo esa memez mayúscula?.

Lo peor no es decir gilipolleces sino “ponerse fino” diciéndolas. El señorito se nos pone técnico y habla ahuecando el plumón como un palomo con el calentón. Ir de técnico cuando lo que se está diciendo es una mendrugada de tomo y lomo (homenaje a Ibáñez que gusta mucho de esa expresión) es antiestético, antihigiénico y de todo punto ilícito.

Sea usted valiente y diga que no piensa hacer nada porque no se le pone en las narices o porque desde arriba no interesa hacer nada. Diga usted que “allá penas, yo me voy a los toros a fumarme un puro”. Toque usted la cornamusa en el balcón de su despacho o váyase al cine… pero no nos tome por idiotas.

El proceso del 11-M ha sido un escándalo de la A a la Z. La instrucción fue un choteo y el juicio una mezcla siniestra de drama, astracanada y ópera bufa. Se ha condenado a unos señores sin conocer el arma del crimen ni poder haber establecido su participación de manera fehaciente. El procedimiento está plagado de irregularidades, las pruebas falsas o truncadas, los testigos manipulados, los testimonios torcidos… 
¿Formará todo eso parte de la verdad jurídica que contiene la sentencia? Por lo que se ve, a usted "lo que le contiene”  es una cara de hormigón armado.

En fin, los que se alegraban hace unos días de que la fiscalía fuera a investigar el foco del tren encontrado por los periodistas que con coraje y denuedo siguen investigando el 11-M ya pueden irse olvidando.

O bien este hombre da muestras de algún tipo de inestabilidad emocional y arrea con el tema pese a su explicación de hoy o mucho me temo que todo va a quedar parapetado tras una losa de pseudo-positivismo de tres al cuarto  disfrazada de falso rigor. Así es, señores, ustedes no lo entienden, en fin que son memos e iletrados porque no tienen en cuenta la “verdad jurídica” que a tenor de lo visto debe ser aquella que emana de una aplicación torticera de la Ley.

Que pena de Justicia violentada, si Ulpiano levantará la cabeza y conociera de este asunto se cargaría a más de uno... o quizá se fuera a una taberna a empinar vino dejando el seso anestesiado para no tener que soportar tanta bajeza intelectual y moral. 

Sanglier.