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lunes, 5 de septiembre de 2016

Comunicado cepogordista.

El cepogordismo desea empezar el nuevo curso escolar con una declaración solemne que se compone de dos partes:

En primer lugar el cepogordismo se ha propuesto ser más comedido y modesto, menos beligerante y audaz, más moderno y trendy, también menos invasivo. El cepogordismo quiere evitar invadir los buzones de correo de sus seguidores, el cepogordismo se hace discreto, cumplidor, moderado, se pasa al “opt in” y deja de imponerse.

En segundo lugar el cepogordismo desea dejar claro que forma parte constitutiva del ser cepogordista el entusiasmo por las cortezas de cerdo, aperitivo hispánico por excelencia que defendemos a rajatabla contra viento y marea, contra sexis y contra cursis.


Finalmente, para ser transparentes, que es lo que se lleva ahora, dejamos constancia aquí de  que una parte de la redacción cepogordista considera que puede existir una contradicción entre los dos párrafos anteriores, que podrían resultar antitéticos, incoherentes, incasables, encontrados, no siendo posible proclamar primero una cosa y luego la contraria. La otra parte de la redacción no ve contradicción alguna sino un exceso de remilgos y de aires del momento. La cosa ha quedado en tablas. El amigo Pulardo les manda a todos un afectuoso saludo, a las señoras; y un viril abrazo hispánico, a los señores (aunque para darlo tenga que ponerse, ¡ay!, de puntillas). 

martes, 26 de noviembre de 2013

A PROPOSITO DE UN COMENTARIO DE UN AMABLE LECTOR

El pasado 24 de noviembre un lector anónimo dejo un comentario a propósito de la entrada titulada "Momento Glorioso" en la que se hacía sabia alabanza, no exenta de envidia de una ilustración decimonónica que muestra a un joven fumándose un cigarrón.

El amable lector, al que se agradece infinito que dedique unos minutos a revisar estas líneas que vamos, de a poco, lanzando al ancho mundo digitial, dice que entre tanta palabra encuentra alguna cosa buena pero que la mayor parte no es sino tontería y niñatismo. No entraré a rebatir esta opinión que  es estimable en cuanto expresada con una cierta corrección no exenta de condescendencia, en fin, me centraré en lo que más me ha interesado de su comentario.

Dice este opinador anónimo que tenemos mentalidad de rentista holgazán y que no puede compartir nuestro fomento del vicio y costumbre de fumar. Vayamos por partes.

En cuanto a la mentalidad de rentista, algo que no define, he de decirle, que si se refiere a que los redactores del órgano cepogordista tenemos preferencia por el peculio fundado en rentas del campo o del capital mobiliario o inmobiliario, no le quepa duda de que está en lo cierto. Ahora bien, lamentablemente no pasa de ser un deseo que no se compadece con la realidad. 

Al cepogordista le gustaría poder vivir de rentas y a ser posible de unas rentas cuantiosas. La afluencia económica no es un pecado, más bien es un estado que aporta gran tranquilidad y permite hacer muchas cosas, unas buenas y otras malas, según la ciencia y la conciencia del rentista en cuestión.

En cuanto al epíteto de holgazán, me temo que aquí yerra nuestro agudo comentarista, ya que lo que caracteriza al cepogordista es más bien lo contrario. Somos traperos del tiempo, huérfanos de horas, ayunos de holganzas, prestamistas de minutos que arrancamos a un horario de esclavitud distribuido entre el trabajo menestral, la familia y las obligaciones impuestas y sobrevenidas.

Si por mentalidad de rentista holgazán se refiere a que favorecemos un estilo de vida en el que se dedica el tiempo al sano ocio, al paseo, la lectura, el coleccionismo de anillas de cigarro, la caza con perro, la excursión con cesta de víveres y la siesta en sillón de mimbre bajo magnolio florido, entonces sí, todo eso lo alabamos y favorecemos. 

Apoyamos el guiso en puchero, los dulces de convento, los licores de alquitara y uva vieja, las comidas con tertulia, las tertulias con copa y cigarro, las meriendas de chocolate y picatoste, los paseos nocturnos por plazas de piedra cuajadas de nieve, los paseos matutinos por sendas, brañas y caminos entre helechos y brezales, las excursiones pintorescas, las tardes de dibujo y acuarela, las veladas musicales, las declamaciones poéticas, las corridas de toros, los encierros a pié y a caballo, la caza con galgo y el tiro de pichón, los paseos en balandro, las regatas de traineras, los concursos hípicos, las conferencias literarias, la vida de ateneo, círculo y casino. Si señor, todo eso que usted debe vincular a los gustos del rentista holgazán, los tenemos todos y algunos más.

Al cepogordista los afanes y desvelos del hombre ultraconectado, del hiperinformado, del hipocalórico y vigoréxico nos traen al pairo.

La modernidad es un sueño histérico ya que todos, desde el momento que vivimos en el tiempo presente somos modernos, lo cual no quiere decir que no se puedan alabar y cultivar gustos tradicionales que no dependen de una época, que son clásicos, que son connaturales al hombre europeo civilizado.

En cuanto al fomento del tabaco, que quiere que le diga. Desde un punto de vista médico, es dato cierto y fundado que fumar no es sano y que este hábito está vinculado a muchas enfermedades y debilidades del cuerpo. Dicho esto, el fumar es un vicio que relaja la mente y el ánimo y un placer que asociado a otros muchos no sólo no resulta perjudicial para la salud sino beneficioso para la mente y el alma. Gracias al cigarro y a la pipa se han cometido muchos menos crímenes de los que se hubieran dado en la Historia si los españoles no hubiéramos desarrollado el arte y ciencia del tabaco.

Lo verdaderamente dañino y perjudicial para la salud es el mal en sus expresiones domésticas más comunes: la mala idea, la envidia, la maledicencia. Todo eso y muchas otras manifestaciones del hijoputismo que sufrimos todos y cada uno de los días son infinitamente peores que fumarse un cigarron o echar humo con la pipa en la mano y una copita de licor al amor de la lumbre.

Peor aún es tener que soportar a diario la ofensa de los gobernantes, sus esbirros y heraldos, cuyas canalladas nos envenenan la sangre, nos estropean la digestión y nos nublan la conciencia.

En fin, que le animo a usted a seguir leyendo el cepo, con la seguridad de que somos conscientes de nuestras valencias, debilidades y aficiones y tenemos el firme propósito de continuar con su comentario y difusión que, por otra parte, son inofensivas y a nadie hacen daño.

Un afectuoso saludo cepogordista.

Sanglier

jueves, 19 de septiembre de 2013

ADHESIONES AL MANIFIESTO DEL PALO

Recibo un mensaje urgente que por su indudable interés para la parroquia cepogordista transcribo literalmente:

Querido Sanglier, dilecto amigo:

Enterados de la proclama del Manifiesto del Palo firmado por nuestros entrañables camaradas Alcides, Tato, Doroteo y compañía, nos hemos visto en la obligación de convocar con carácter extraordinario y urgente a la asamblea plenaria de socios del Círculo de Estudios Heráldicos y Gastronómicos Marqués de Casa Pil-Pil.

Tras haber procedido a la lectura en voz alta del Manifiesto y su posterior debate, la asamblea ha decidido por unanimidad extender una papeleta de adhesión que será firmada por todos aquellos socios, familiares y amigos que así lo deseen.

Adjunto le envío una fotocopia del libro de firmas con la relación de adhesiones recogidas esta misma tarde:

- Leoncio Santa Coloma , Presbítero.
- Andrés de la Pomarada y Rodríguez de Villafranca.
- Jacinto Infante de Larra 
- Alfonso Rodríguez de Villafranca y Riofrío.
- José María Isidro de Mendicutía y Bebecolarrea
- Luis María Hugo de Mendicutía y Bebecolarrea
- Mateo María Ignacio de Mendicutía y Bebecolarrea
- Margarita María Bebecolarrea Vda de Mendicutía.
- Enriqueta Calzón y Pedernell
- María de los Dolores Valle y Barranca
- Remigio Calzón  de la Pomarada
- Gervasio Calzón de la Pomarada
- Celestino Fontecha, Agricultor
- Augusto Cepa, Manijero
- Sebastián Pellejo de Garnacha, Bodeguero
- Toñín Fudre, Encargado
- Aristóbulo Peñafría, Procurador de los Tribunales.
- Segismundo Enlosado, Abogado
- Sebastián Granito, Doctor en Derecho
- Tarsicio Moreno de Vera, Rentista.
- Indalecio Canastilla, Industrial del mimbre.
- Mateo Ventosilla, mozo de espadas.
- Jeremías Enclenque, aficionado 
- Purita Fontecha, soltera (lo pongo por si acaso, detrás dejo el móvil)
- Dimitros Canteloupis, profesor de lenguas muertas. Doy clases de griego clásico, acadio y arameo. Arreglo jardines y coloco cercas ganaderas, para referencias preguntar en la Cooperativa Santo Niño de la Roca o dejar recado en el Bar El Pringue dónde lavo platos de dos a seis.
-Eduardito Méndez, estudiante de bachillerato (me he apuntado el telefono de purita para mandarle cochinadas por sms)
- Gabino Morera, distribuidor de tejidos finos.
- Mimí Gutierrez-Saña , señora de Vaca de Parladé.

Sepa usted y esto lo escribo a título privado, que al salir de la asamblea hemos recibido diversas adhesiones orales si bien procedían de elementos conocidos por su filiación política próxima a lo que usted ha bautizado cómo la  Banda del Empastre y por tanto, me temo que no tendrán el valor de firmar la carta de adhesión

Se despide, con un viril y afectuoso abrazo, su amigo y corresponsal.

Andrés de la Pomarada y Rodriguez de Villafranca.

miércoles, 24 de abril de 2013

UNA PROPUESTA DE SOLUCIÓN PARA LOS PROBLEMAS TEÓRICO-PRÁCTICOS DE LA CATALUÑA OFICIAL

Mientras el Pueblo Español (si han leído bien, he escrito "pueblo" y no sociedad y si también he escrito "Español" y no conjunto de habitantes de éste país) se lanza, una vez más, por el precipicio de sus incongruencias y andamos a la espera de que unos neo-rojos asalten el Parlamento, regreso de viaje y me encuentro el patio hispano tan destartalado como lo dejé y a la oficialidad gubernativa y periodística muy engolfada con el "problema de Cataluña".

Yo soy de los que piensan que en Cataluña no hay más problema que la casta política que vive del cuento y los varios miles de listos que se benefician de la corrupción generalizada. 

Por el interés personal y la egolatría de unas garrapatas amparadas bajo el paraguas  del 78, el sufrido pueblo catalán ha visto como su región pasaba de ser un lugar bastante amable y agradable a ser, una vez más, el teatrillo de las vanidades, la salita del lupanar, la barrita del boliche en la que gastan sus días  los cuatro mini-dictadorcillos del momento mientras se dedican al bandidaje de las arcas públicas.

Desde ciertos ámbitos se acusa al Cepogordismo de criticar y no dar trigo, de señalar con el dedo en vez de acoger con el corazón, de mucho decir y poco hacer y aún menos proponer...no sea que nos equivoquemos desde nuestra actitud de fatuidad libresca.

No seré yo el que me alce en defensor de la pureza Cepogordista, conocedor como soy de nuestra naturaleza débil, ahora bien, si quiero contribuir con una idea para que luego no se diga que el Cepogordismo no es verdaderamente progresista, ahí va resumida en cuatro puntos:

(1) Traslado inmediato de la Capital del Reino así como la residencia oficial de S.M. El Rey a Barcelona con prohibición absoluta de residir a más de cinco kilómetros de la Plaza de Cataluña. En cuanto a la residencia de S.A.R EL Príncipe de Asturias, considero que es más adecuado su establecimiento en Gerona, bella ciudad dónde se sentirá como en casa.

(2) Traslado inmediato de la sede de las Cortes Generales a Barcelona.

(3) Traslado inmediato de todos los Ministerios y órganos dependientes de la Administración General del Estado a Barcelona, así como las de las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad del Estado y resto de instituciones del Estado.

(4) Instituir el Catalán como lengua obligatoria de la Casa Real y la Administración. Es decir que el catalán sea el Mandarín de la Nueva España.

Considero que con esas cuatro medidas, en un periodo no superior a dos años todos los "problemas de Cataluña" y muchos de los problemas de España quedarían resueltos por licuación, disolución, sublimación e incluso quizá putrefacción.

No me atrevo a asegurar que ésta propuesta sea acogida con interés, ahora bien, creo que se trata de una solución que, sin duda, tendría un impacto "decisivo" y nos brindaría días de gloria.

En fin,que no digan que los Cepogordistas no aportamos soluciones.

Sanglier.





jueves, 18 de octubre de 2012

MIL PERDONES

Parece que un tío pelele, sin querer, ha programado la máquina para que les lleguen los comentarios a algunos pobres y sufridos lectores, con las molestas consiguientes, pues hay mucho desaprensivo comentando, mucha mala baba, mucho anonimato (los propios cepogordistas en primer lugar). No era esa la intención, pues no pretendemos molestar. Aunque lo intentáramos, creemos que no conseguiríamos ni molestar ni ganar cuartos, tan etéreos y alto volamos. Fly, fly, habano fly, decía un cepogordista en el exilio. Pedimos perdón y volvemos a perdernos en la penumbra azulona, en la niebla sutil del habano. DECÍA PLA, EL GRAN PLA, QUE ÉL FUMABA PARA BUSCAR ADJETIVOS. Vaya esta frase, pescada en Salmonetes ya no nos quedan, como compensación por lo sucedido y homenaje a todos los fumadores.

lunes, 8 de octubre de 2012

CIRCULAR

El colegio manda una circular a los padres. A los papás. Se refiere a la integración de los padres en el proceso educativo. La intención es muy loable, no se critica eso, sino lo que la forma del documento deja ver del momento mental presente. Lo primero es que uno pensaba, en su rusticidad, que la condición de padre conllevaba de forma automática la participación en el proceso educativo. Que ser padre y educar viene a ser lo mismo. Parece ser que no. Luego está la manía de integrar. ¡Con lo importante que es discriminar! Si se escandaliza usted es que le han inoculado el virus socialdemócrata progre. Acuda al diccionario y verá que no hay motivo para el sonrojo ni la beatería civil…
Para hacer el comentario breve: se comunica a los padres que los objetivos que ellos mismos han elegido (mediante votación) para trabajar junto con el colegio en ese proceso de integración (suena a pogrom todo el asunto no sé por qué) son:
(i) desarrollar la afición y el hábito por la lectura;
(ii) aprender a obedecer a padres y educadores; y
(iii) desarrollar una mayor capacidad de atención.

A sensu contrario y forzando un poco las cosas, podría deducirse que esos padres tiene niños que en líneas generales no tienen afición ni hábito de lectura, no son obedientes y no prestan atención. Los niños a los que se dirige el pogrom, perdón, el proceso, tienen alrededor de los seis o siete años. Que no lean, pues bueno, hace mucho que uno piensa que no se hizo la miel para la boca del asno, ni las margaritas para los cerdos, ni uno tiene demasiada fe en los altares y las supersticiones culturales. Pero no obedecer ni prestar atención a los seis años ya es más fastidioso.  En fin, esperamos que tras mucho integrarse, rellenar encuestas, hacer valoraciones, recibir pautas y consignas y luchar, conjuntamente claro, por los objetivos, todos estos padres saquen provecho del proceso. Incluido el que esto escribe que tendrá que hacer el viacrucis, con doble penitencia por listillo. 

Una última consideración general sobre la educación, aprovechando que esto no lo lee prácticamente nadie, ya olvidados de la circular y sin referirnos al colegio concreto. Hay un aspecto de la educación que ningún proceso puede mejorar y es el de la cantidad de personas que metidas a padres se comportan como auténticos gilipollas. Muy a menudo es porque son gilipollas sin más, enteramente, y continúan siéndolo cuando procrean. Afortunadamente, vivimos en un régimen legal que les permite procrear aunque sean gilipollas. Aunque, como la evolución de nuestra sociedad tiene mucho de una vuelta al totalitarismo más descarado, dando un largo rodeo de sesenta años, todo es cuestión de esperar a que vuelva a proclamarse alguna ley de Nuremberg al respecto, so pretexto de igualdad, salud y bienestar sexual. Pero otras veces, se trata de personas normales que con un niño delante se atrofian. Y no nos referimos a un matrimonio de pardillos principiantes, desbordados los pobres por la llegada de la primera y tardía infancia. No, gente normal a la que usted y yo conocemos y que nos hace pasar verdadera vergüenza ajena cuando se cruza delante alguno de esos delicados niños que no para quieto, no obedece y no atiende a las gilipolleces del personal. Normal.

martes, 21 de agosto de 2012

EL POLÍTICO PROFESIONAL

Leo hoy en el perfil biográfico de un político regional la frase siguiente: "no llegó a finalizar sus estudios debido a su actividad política". Esta frase, aparentemente simple, casi candorosa, habla de una realidad que está íntima e indisolublemente conectada con el desastre de la España actual.

El político profesional es un ignorante universal que decide el destino de las personas y el empleo de las rentas, un ágrafo que redacta leyes, un memo que confunde el poder con la equidad y que no duda en deformar la justicia para acomodarla a sus intereses. Lo terrible es que han logrado imponer el concepto radicalmente falso de la existencia de un ser llamado "político" y cuya profesión es la "política" y que consiste en saber de todo sin estar preparado para nada o casi nada y navegar con rumbo más o menos certero de un cargo a otro entre la estructura del partido y los meandros de la vida pública.

La masa ha aceptado ser mandada por lo peor de cada casa. Que una sociedad acepte eso es síntoma claro y definitivo de su enfermedad moral y por ende intelectual. La imagen del próspero empresario mirando la televisión y diciendo "yo a ese no le contrataba ni para pegar sellos" al contemplar el rostro de una de las numerosas acémilas que pueblan las bancadas de las  cortes no tiene gracia alguna porque refleja una enfermedad social de muy difícil curación.

Los políticos profesionales, con total independencia de su adscripción partidista, son en su inmensa mayoría los gérmenes de la herida purulenta que infecta la sociedad.  Predican que su vocación es el servicio público pero uno tiene la sospecha de que si el servicio no fuera remunerado y no conllevara numerosas prebendas el número de vocaciones se reduciría como por ensalmo.

Hasta que la sociedad no se sacuda ese manto de pulgas y los hombres no decidan recuperar su libertad España no podrá prosperar. Mientras la sociedad persevere en su conducta lanar y se niegue a si misma su humanidad, los políticos profesionales continuarán viviendo del presupuesto y haciendo mil y un disparates, la mayor parte chuscos y algunos otros realmente dañinos y groseros.

lunes, 16 de enero de 2012

DIVAGACIÓN

El cepogordista ha encanecido, algo, la mirada se le ha vuelto más aguda, algunos días la expresión es vaga, contemplativa, como si las cosas tuvieran menos importancia, como si todo fuera… otra cosa. No sabe del todo. El cepogordista, acompañado por sus fieles cigarros, la marca y el cepo que fuma apenas fallan, se ha cargado de algunos años y de repente, de tarde en tarde, se pone a pensar y mira como a lo lejos. Le ha llegado la edad en que, como al escritor, le gustaría durante un tiempo echarse el morral al hombro y andar por los caminos durante un par de semanas, un par de meses tal vez, por los caminos de aquí, por España. Echando un caldo de vez en cuando, compartiendo el tabaco, encendiendo hasta una farias ensabanada, fumando sentado, apoyado en un mojón, en la cuneta de una carretera comarcal sin tráfico.

El cepogordista no debe dejarse atrapar por la actualidad, aunque también él tiene sentimientos, y hasta una cabeza que funciona, y se enfada, se entristece ante el panorama, se siente impotente y mudo, como maniatado, y le gusta de vez en cuando dar unas voces… por escrito, eso sí, porque no es hombre de acción, lo retiene una gruesa cadena, y lo rechaza un cuerpo social que lo tiene, a él, por anticuerpo. Pero decíamos eso, que el cepogordista sabe que no debe además, sufrir el castigo de verse absorbido siempre, por una actualidad pública que le mira con indiferencia, que se desarrolla desdeñosa de espaldas a él. Al menos no siempre. Por eso el cepogordista recuerda que el mundo es otro, que la vida es hermosa y que Dios está en todas las cosas y es al hacerlo cuando se ensimisma y su mirada se pierde vagando sobre las cosas, pero observándolas con qué amor y detalle, como queriendo retenerlas, recrear su belleza para siempre. Y se acuerda sonriendo del poeta Péguy, recordando aquello de que Homero tiene más vida que nuestro periódico de la víspera…  Imagina luego al poeta con su uniforme de oficial todavía decimonónico, al poeta que cantó a Juana, la bella lorenesa, el misterio de la caridad de Juana, cayendo en combate, en el verano de los campos de Francia, de sol húmedo y hierba tupida, densos, grasos, suaves.  Las ideas se le han soltado y ya está de charla con don Alvaro, que detrás de sus gruesas gafas, con traje gris, corbata, un aire entre grave y tímido, de sonrisa retenida, mira y evoca al mirar: el mar, la campiña lucense, el camino, los amores del trovador, las cantigas del Rey sabio...

Iba el cepogordista a hablar de actualidad, para dejar puesta la excepción a todo lo dicho, pero otro rato será, que se acuerda ahora, no sabe por qué, de Francisco de Aldana dando la vida en Alcazarquivir y piensa cuanto le hubiera gustado conocer al cortesano, al poeta, al hermano de su hermano Cosme, al soldado que de sí mismo dijo aquello de “sayo de hierro acá yo estoy vistiendo,/ cota de acero, arnés, yelmo luciente,/ que un claro espejo al sol voy pareciendo.” Como decía aquél hombre alto de bigote y chistera, la próxima semana hablaremos de… ya veremos de qué. 



lunes, 21 de noviembre de 2011

PINTUREJA


Sábado, pintura de Chardin en el Prado por fin. Naturalezas muertas, bodegones bien pintados, pero sin la fuerza ni la vida de la pintura española, algo evanescentes. Me gustan más los retratos que son delicados, con la iluminación que centra el cuadro sobre la cara y el busto de los personajes, con la raqueta, con la peonza, tomando el té o haciendo pompas de jabón. Todo tiene un aire ligero, hermoso, de buena pintura, pero como intrascendente, tal vez seriado.

jueves, 3 de noviembre de 2011

VERANO


De la estancia asturiana, aparte de los paseos al monasterio cercano, me quedo con una visita a Oviedo y con la Iglesia de San Bartolomé. La catedral de Oviedo y la visita a la cámara santa nos impresionaron mucho. Conocía la voladura de 1934, pero no con el detalle con que nos la contó la persona que despachaba las entradas. En aquel edificio parecía respirarse algo así como la esencia de España, la Reconquista, los reyes de Asturias, la religiosidad y la piedad, pero también, al tener presente lo de 1934, la ignorancia y el odio irracional de que somos capaces. Tuvimos incluso un momento de recogimiento frente a un Cristo medieval, de apariencia más tosca que la escultura posterior, pero expresando el dolor y el sufrimiento con una viveza tremenda.

La iglesia de San Bartolomé se veía desde la casa dónde estábamos alojados, que la dominaba por estar la casa en la parte alta de una ladera y la iglesia en la baja. Es una iglesia sencilla, rodeada de una arboleda frondosa que la esconde hasta el punto de que no se la ve desde la carretera principal, con los muros exteriores encalados, salvo las esquinas donde se puede ver la piedra de sillería, rodeada de un alero porticado como muchas iglesias asturianas, supongo que para protegerse de la lluvia. Sobre el tejado una gran espadaña con tres campanas. Creo que es de una sola nave. No pudimos verla por dentro por estar cerrada, aunque sus campanas marcan las horas, por medio de algún mecanismo que las hace sonar de forma automática. Enfrente de la Iglesia, casi pegado pues sólo les separa el pequeño camino que sube hacia el monte, un pequeño cementerio, un cementerio pueblerino. La puerta está abierta por lo que si que pudimos verlo y rezar un momento por los difuntos. La iglesia tiene un banco de madera muy cerca, desde dónde se la puede contemplar, con los árboles y el valle al fondo. Convertimos el banco en pequeño cuartel general para las sobremesas, yo instalado con libro y los niños y O. yendo y viniendo a voluntad, hasta la hora del paseo. La iglesia, el paisaje, húmedo y verde, de nubes bajas, cerrado en su valle, las campanas, el pequeño cementerio, el silencio y el inmenso ruido de la naturaleza circundante (grillos, cencerros, aleteos y hasta el grito de lo que me pareció un azor o un gavilán, instalado por los alrededores), todo invitada a la serenidad y a la meditación. Al menos al recogimiento.

Doctor Freire de Vasconcelos: unos apuntes del 2009

El Tato está en las últimas páginas de un novelón de Henry James extraordinario, entreverado de alguna páginas de historia de España y de artículos de García Morente, entre otros uno extraordinario sobre el centenario (por las fecha del artículo) de Mr. Pickwick. En el artículo se establece una comparación entre Mr. Pickwick y don Quijote fantástica. Recordemos que Mr. Pickwick algo tiene que ver en la fundación de nuestra pequeña y renqueante institución. Creo que el resto de nuestros amigos y co-circulistas ignoran todo del personaje, de Mr. Snodgrass, de Sammy Weller, etc. Tal vez habría que empezar por ahí. Abrir todas las sesiones con un párrafo de los Papeles Póstumos...

Lectura ayer de Hayek, los Fundamentos de la Libertad, y de Henri James, las Bostonianas. Leer a Hayek en la España del 2009 es un ejercicio de masoquismo. También lo es leer, por ejemplo, a Victor Klemperer si se lee pensando en lo que están haciendo los nacionalistas en varias regiones españolas. Pero es un masoquismo muy necesario si se quiere estudiar el problema y encontrar soluciones.

Juzgados de la plaza de Castilla. El ambiente es completamente distinto al habitual. Una vuelta atrás a los tiempos de la facultad. Podría calificarse como ambiente facultero. Hasta la propia estructura del edificio, su suelo, las paredes, las escaleras, los tablones de anuncios, son similares a los de la vieja e impersonal facultad de derecho. Las personas que deambulan por sus pasillos parecen los mismos figurantes que daban a la facultad ese ambiente de barrio bajo, tosco y basto hace años. Siluetas gordas y deslavazadas, perfiles contrahechos, andares cojitrancos, miradas vagas, belfos colgantes, trajes mal cortados, zapatos de cartón, susurros, corrillos, asuntos, murmuraciones, picaresca. Y sin embargo es la vida real, oscilando entre la mísera e inútil facultad de derecho y aquella escena del pleito contra Mr. Pickwick en el que se le van ofreciendo testigos falsos mientras se dirige a la sala del juicio.

Atentamente les saluda, expreçoes,
Dalmaçio Dalmeida y Freire de Vasconcelos
Funcionario de Segunda Clase Jubilado.

viernes, 21 de octubre de 2011

EL NUMERO CUATRO. Disquisiciones de Tato.


Dónde Tato trata de cuestiones diversas

“El toreo se hace hondo,
a un tiempo se abisma y vuela,
cuando va el toro redondo,
atado el cuerno a la tela.”
Gerardo Diego

Tato, que no ha dado en su vida un pase digno, ha elegido para si nombre de torero antiguo y es extremo y sentencioso en sus volubles querencias. Ahora piensa que no hay nada, salvo las cosas de Dios, fuera del misterio extremo de los toros y de lo que fueron José Gómez Ortega, “Joselito” y Juan Belmonte, en la España extraordinaria de principios de siglo XX.

Tato que algo ha leído, aunque desde todo punto de vista se quede corto, no conoce mejores páginas, mejor literatura, mejor escritura, que las que Gregorio Corrochano dedicó a la tragedia de Talavera. La presenció desde el tendido, y con él habló Gallito al coger la muleta, sobre la condición del toro. Que si ciego, que si burriciego. Lo imposible, lo que no podía suceder ocurrió aquella tarde, “a Joselito le ha matado un toro”.

Escribe entonces Corrochano, aquello de “Yo no sé que es torear. Creí que lo sabía Joselito y vi como le mató un toro”.

Juan Belmonte estaba en casa y no dio crédito a la noticia hasta la tercera llamada, y muy entrada la noche. Lo cuenta Chaves nogales en la biografía del torero que es otro texto extraordinario de esa España extraordinaria. Belmonte está en casa jugando una partida de cartas y no ha dado crédito a una primera llamada anunciando la desgracia. Al poco rato llega su mozo de estoques con la noticia:

“-En Teléfonos corre el rumor de que a Joselito le ha matado un toro en la corrida de Talavera.
-¡No traes más que infundios!- le repliqué malhumorado. (…)
Al rato volvió a sonar el teléfono. Esta vez era ya una persona de crédito, un conocido ganadero, quien daba la terrible noticia.
-¡Es verdad! ¡Es verdad! –decía, con acento estremecido al otro lado del hilo telfónico.
Aquella espantosa certeza nos hizo mirarnos los unos a los otros con espanto. Dejamos caer los naipes sobre el tapete, y sin articular palabra estuvimos durante unos minutos en un estado de semiinconsciencia y estupor. Mis amigos fueron levantándose uno a uno, y, sin pronunciar una sílaba, se marcharon.”

De nuevo Gerardo Diego:

“Un lienzo vuelto, una última voz –toro-,
un gesto esquivo, un golpe seco, un grito,
y un arroyo de sangre –arenas de oro-
que se lleva –ay, espuma- a Joselito.”
De aquella historia española, de aquél episodio de otro tiempo y de otra España, hoy casi irreconocible, acogotada, perseguida, existe una versión en forma de copla, que cantó Juanito Valderrama, con su voz aguda y cascada, de viejecillo. Tato quedó sobrecogido cuando la oyó por primera vez, le sobrevino una emoción indecible, y hasta una lágrima hizo amago de querer asomarse. Damos a los amables lectores la letra de esta copla española, de título Pena de Juan y José, al final de este desorden.

El humo del cigarro es buen compañero de la evocación. Recuerdo ahora haber visto una foto del hermano mayor de Gallito, de Rafael, fumando un cigarro, con la cara como escondida entre el cuello levantado de su chaquetón y el ala de su sombreo ancho.

Para poder fumar algo en verano, un servidor y los amiguitos compramos género una tarde de julio y nos fuimos a cenar para probar el material y despedir la reunión hasta septiembre. Cenamos juntos en la terraza tropical de un chino majestuoso, llenando una mesa inmensa y redonda, dónde fuimos atendidos con ceremonia y cortesía orientales. A los postres repartimos la mercancía, como contrabandistas en una cueva, con gesto rápido de tahúr. Circulaban los mazos de cigarros alrededor de la mesa como oscuros y preciados naipes.

Se quejó alguno de la falta de solemnidad en el reparto, pero pudieron el ansia y la sensación de nocturnidad. Se ha perdido, es verdad, el sentido de la ceremonia y es una pena que no se cultive un poco más, pues ayuda a veces a alargar y dar relevancia a los momentos buenos.

Luego encendimos. El del encendido del puro es un momento, además de importante, muy agradable. Al encender la gente está a lo que está, a la fuerza, y se tiene que callar y deja de decir bobadas. Tato chiscó un Vega Robaina de buen porte, intenso, untuoso, de humo lento, que ascendía suave pero firme en el frescor relativo de la noche ya cerrada. Tertulia ceporrera, licuada, inconsistente, de sonrisas alegres y mentes agotadas, alguna incluso babeante. Balbuceos inconexos, simplezas, algún cabeceo, uno resbaló de la silla y se dio una culada tremenda. Un cepogordismo de media velocidad, prevacacional, de gente que está ya pensando en ponerse unos bermudas y en enseñar los pies al final de una canilla enflaquecida y peluda, por toda la geografía nacional eso sí. Ya no hay verano moderno que se precie, que no consista en coger los quince días de descanso y dividirlos en periodos de dos días y medio que se pasan, cada periodo en un sitio distinto, a ser posible cuanto más alejado uno de los demás mejor. Por ejemplo, dos días y medio en San Andrés de Teixido[1] para luego trasladarse a una playa murciana, y continuar así con el baile de San Vito. Es la convulsión vacacional lo que se lleva.

Se produjo la estampida y llegó el día siguiente y seguimos fumando. Esta vez se chiscó el que esto escribe un Libertador, es decir un Bolívar, viendo en delicada compañía “Encadenados” de Alfredo Hitchcock. La película contiene una de las más extraordinarias recreaciones que uno recuerda de una resaca, la del personaje encarnado por Ingrid Bergman. Ella, tumbada en una cama, mira hacia la puerta por la que aparece Cary Grant cuya silueta se aproxima y va girando, con un efecto de cámara, a la medida del mareo de Bergman, hasta quedar del todo invertida, cabeza abajo y finalmente de nuevo en su lugar, momento en que se inicia el diálogo. Tal vez uno se asombra con demasiada facilidad, pero la verdad es que este director narraba muy bien sus historias.

El sábado viajamos al frescor. El día tropical cede por la noche y refresca por fin. La tarde ha transcurrido a la espera de la noche, que es el regalo de la Meseta en julio. Ha transcurrido acompañada por el más extraordinario concierto de chicharras que por estos calores se haya oído, para indecible escándalo de las hormigas. Como los clásicos sirven para todo, se pregunta Tato si la España de estos años de bonanza económica (a crédito eso sí) e insufrible incultura no habrá sido una cigarra escandalosa. No sólo frívola y descuidada, alegre y distraída, sino también algo dejada y descarada, drogata, zafia, ostentosa, macarra y travela, promiscua y tontaina. Y ahora a rendir cuentas al crudo invierno y a la despiadada hormiga.

El Círculo no es cohibero y esto tiene su explicación tabaquera y moral, que dejamos para otro día. Esta vez se ha hecho una excepción. Y ha merecido la pena, pues Tato fuma con sus padres un excelente cigarro, de buen agarre, peso justo, proporcionado, perfecto tiro, matizado y aromático, casi tanto como la conversación.

En sus Folletos Literarios, Clarín nos habla de Bartolillo quien, según nos comenta el autor, “ya aborrece sin saber a quien” y es “propagador de la filoxera literaria”. Esto nos hace pensar en ir abreviando, pero como ya hemos dicho que de lidia andamos mal, va y resulta que alargamos la faena.

Me asombro ante este verano novelero y romántico, de claroscuros y humedades, de luz cambiante, que alterna desordenadamente días de calor pringoso con otros que parecen anuncios de un otoño prematuro. ¿Dónde ha ido ese calor seco, implacable, que termina de tostar el cereal y que hace a los pájaros caer redondos? A los pies de los altos muros de la torre antigua se yergue el paisaje que forman campos y arboleda todavía de un verde encendido, que se irá apagando a medida que avance la estación, el sol abrase y los árboles aguarden pacientes la lluvia. Le gusta a uno observar la luz que cambia con las estaciones y le fastidian los valles oscuros y un poco los mentecatos. En abril, con la primavera recién llegada, la luz se filtraba tenue, nítida y sutil por entre los ramajes espesos de la inmensa encina. Se dejaba caer, en la tarde, sobre los comensales, reunidos alrededor del café, tocándolos con un manto dorado de una labor finísima, inasible.

En fin, cuando Tato se pone lírico se le cae la babilla. En cambio, con qué facilidad lo dijo todo el poeta, en aquellos versos que dicen fueron los últimos, “Chopos de la ribera, álamos del camino blanco”.

Uno es un poco hormiga para algunas cosas, para las equivocadas claro, pues se ha hinchado a recoger buena leña, para quemarla en invierno y soñar con algo ante las llamas, si fuera posible fumando un cigarro de la Habana, cálida y salitrosa.
Tato. Septiembre 2010.



[1] San Andrés de Teixido, aldea ubicada en la parroquia de Régoa, al este del municipio de Cedeira, en la Sierra de la Capelada, cerca de los acantilados sobre el mar, comarca de El Ferrol, provincia de La Coruña. Al ladito de todas partes.